Los jueces, ¿animales políticos?
El activismo judicial en España
Uno de los fenómenos más interesantes de nuestra democracia es el protagonismo social y político de los tribunales. Los ejemplos son múltiples y vienen a la memoria resoluciones judiciales que han puesto en el debate público el papel de los jueces y tribunales en los conflictos sociales y políticos. Por citar algunos: la peripecia del Pleno de la Sala Tercera del Tribunal Supremo de noviembre de 2018, que dio marcha atrás en su primera jurisprudencia sobre el pago del impuesto de actos jurídicos documentados en la constitución de las hipotecas, rectificándola en favor de la banca. Los casos judiciales del 3% (Cataluña), Gürtel (Madrid) o ERE (Andalucía) que contaminan gravemente la honorabilidad de partidos “de gobierno” y su capacidad de gestionar los bienes comunes. La sentencia condenatoria -con matices según el cónyuge- en el caso Nóos o la instrucción por delitos de fraude presuntamente cometidos en Suiza por Su Majestad el Rey Juan Carlos levantan nubes de polvo mediático a favor y en contra de la Corona y de la forma monárquica del Estado. La resolución del conflicto entre las instituciones centrales y catalanas a través de la condena por sedición y otros delitos de la mayor parte del Govern y de miembros de la Mesa del Parlament o a través de la inhabilitación política por desobediencia del último President de la Generalitat catalana. Las sentencias judiciales que enmiendan la plana a ejecutivos central y autonómicos sobre medidas de confinamiento y restricción de libertades fundamentales en el contexto de la pandemia por coronavirus. Cada lectora puede quitar o añadir ejemplos a su gusto.
Aunque no es un fenómeno nuevo, ni en España ni en el resto del mundo, sí que parece nueva su intensidad. Frente al protagonismo judicial del que somos testigos, cabe preguntarse: ¿es la judicatura un agente político en la democracia? Si, para Aristóteles, el hombre es zoón politikón, ¿son también los jueces animales políticos?