Falsos tópicos sobre presos extranjeros

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Falacias en la cárcel catalana

En mayo de 2013 casi la mitad de personas presas en cárceles catalanes eran extranjeras, exactamente representaban un 45,1% del total. El Centre d'Estudis Jurídics i Formació Especialitzada (CEJFE), organismo autónomo del mismo Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya que se dedica a la formación y la investigación, realizó en 2010 un estudio en profundidad de las características de la población extranjera encarcelada y sus necesidades específicas. Tuve la suerte de participar en la elaboración del estudio como experto, en el visado y revisión de metodologías y resultados.

Algunos de los tópicos que rompen los resultados obtenidos:mc escher art 8

1. Los extranjeros encarcelados son un colectivo homogéneo. En absoluto. La investigación describe 4 perfiles muy diferenciados de extranjeros que no vienen determinados por las áreas geográficas de procedencia. Por lo tanto, no podemos decir que los latinoamericanos sean diferentes de los magrebíes o de los asiáticos por el hecho de su procedencia, sino de acuerdo con otras variables que se analizan en el estudio.

2. Los extranjeros son multirreincidentes. Lo son en la misma proporción que los nacionales. La variable extranjería es una variable condicionada por otras variables que son las que realmente influyen en una eventual reincidencia, fundamentalmente: el apoyo familiar y personal que tienen aquí, el apoyo social que encuentran, las posibilidades de encontrar alternativas de subsistencia no delictivas y que haya o no un proyecto de vida con perspectivas realistas de futuro. Las mismas variables que pueden condicionar las posibilidades de reincidencia de los autóctonos.

3. La mayoría de los extranjeros presos ha venido aquí para delinquir. La investigación revela que los proyectos migratorios son varios y no siempre hay un objetivo claro. Hay un 40 % aproximadamente de personas que no tenían ningún proyecto migratorio definido para venir o quedarse en España. Unos están porque han sido detenidos en la frontera cuando circulaban en tránsito, normalmente trayendo droga. Otros circulan por toda Europa buscándose la vida, lo cual los pone en situaciones de enorme vulnerabilidad social y, por lo tanto, en riesgo de cometer hechos delictivos y nuevas reincidencias. Su presencia en el territorio es puramente azarosa, han buscado opciones por todo Europa. El otro 60 % sí que tenía un proyecto migratorio definido –ya sea para ellos mismos o para otros (normalmente los padres) y las circunstancias que los han llevado a delinquir no son muy diferentes de las que podemos encontrar en el caso de los nacionales, como ya hemos comentado.

4. Los programas de tratamiento específico (violencia de género, delitos violentos, delitos sexuales, toxicomanías) tienen que ser diferentes para los extranjeros por las diferencias culturales respecto a los autóctonos. Se tienen que tener en cuenta algunas adaptaciones específicas (como las dificultades con el idioma, por ejemplo) pero aparte de estas adaptaciones, el abordaje vuelve a ir más ligado a la problemática personal del sujeto que no al área geográfica de la cual proviene. En definitiva la eficacia del programa depende más de la seriedad en la aplicación, la individualización y la evaluación que no por el hecho de sí son extranjeros o no los destinatarios.

5. Los extranjeros presos aceptarían marchar del país a cambio de la libertad. Tampoco es cierto. Sólo el 20% de ellos lo aceptarían y depende de las condiciones que se les propongan. La mayoría de los que sí que aceptarían son personas que no tienen ningún tipo de vínculo aquí y que se han encontrado detenidos directamente en el aeropuerto o en la frontera, por temas principalmente relacionados con el tráfico de drogas. Cómo que suelen tener condenas medianas o largas y afrontan bastante tiempo en soledad en nuestras prisiones, se avendrían a marchar del país pero si esto no se produce en un plazo razonable buscan alternativas como fomentar la venida de familiares para encontrar apoyo afectivo o buscar nuevas parejas aquí para casarse y, eventualmente, obtener la documentación que posibilite su regularización.

6. La expulsión es la respuesta más efectiva para los extranjeros que queden en situación irregular al finalizar la condena. Las recomendaciones internacionales y europeas aconsejan no considerar la documentación administrativa como un atributo (se tiene = se queda / no se tiene= se expulsa) y sí como un proceso (la documentación se tiene/ se puede perder/se puede volver a recuperar). No es tan sencillo tener respuestas tajantes y menos en términos de eficacia. Por un lado, están los extranjeros que pertenecen a países de la UE que tienen el pasaporte y por lo tanto la libertad de circulación por los países miembros. Por otro lado, están los que tienen la familia aquí o vínculos hechos a lo largo de estos últimos años y que difícilmente aceptarán marchar dejando sus parientes para volver a un lugar que ya no consideran propio. Otros, tienen situaciones bastante difíciles en sus países como para aceptar volver atrás. Tampoco es fácil obtener la colaboración y el permiso de regreso de las autoridades de estos países emisores, que no ven ningún provecho en el hecho de asumir el que para ellos ya no es un problema suyo.

La investigación recoge, como resultados cualitativos, varias historias de vida seleccionadas por el hecho de ser paradigmáticas, de ejemplificar la diversidad del colectivo de extranjeros encarcelados. Se pueden destacar dos grandes conclusiones del seguimiento de estas historias de vida.

La primera conclusión hace referencia a la carencia de información que rodea los extranjeros presos en relación con sus especificidades y perspectivas de futuro. En muchos de los discursos que hemos transcrito queda demostrada la carencia de información de los extranjeros encarcelados respecto a los procesos penales y la situación administrativa en que se encuentran implicados. Esto condiciona su salida y la capacidad de elaborar proyectos de futuro realistas y que incorporen un proceso creíble de abandono del delito. Los extranjeros se encuentran muy desorientados y no saben en qué atenerse. Probablemente esto explique que a menudo la toma de decisiones que hacen es poco adecuada a sus oportunidades o dejan perder otras que realmente los convendrían.

La segunda gran conclusión deriva de la primera. Se han identificado dos elementos clave para poder pronosticar una perspectiva de futuro pesimista, incierta u optimista para los internos extranjeros. Estos dos elementos son: 1) la distancia entre las expectativas de futuro y las posibilidades reales de lograrlas y 2) la propia voluntad de la persona. Si la distancia entre las expectativas y las posibilidades reales de lograrlas es corta, podemos hablar de buen pronóstico. Si la distancia es grande, seguramente hablaremos de mal pronóstico. En la misma línea podemos hablar de la voluntad del sujeto. Si esta voluntad es férrea para salir adelante a pesar de las dificultades y no volver a delinquir nuevamente, hablamos de buen pronóstico. Si esta voluntad es frágil, hablamos de mal pronóstico. La combinación de estos cuatro parámetros describe las perspectivas de futuro pesimistas (distancia grande y voluntad frágil); inciertas (distancia grande y voluntad férrea o distancia pequeña y voluntad frágil); u optimistas (distancia corta y voluntad férrea).

Este texto es una traducción resumida del documento original en catalán "Estrangers en centres penitenciaris: trencant tòpics"

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